La cantante Patricia Ann Cole, conocida en el plano artístico como P.P. Arnold, ha acusado de violación al músico Ike Turner, quien murió en 2007 a los 76 años, en su nuevo libro de memorias tituladas 'Soul Survivor'. En la década de los 60, ella fue una de la docena de artistas que formaron parte del trío The Ikettes, que acompañaba al famoso dúo Ike Tina Turner como vocalistas de apoyo.
P.P. Arnold sostiene que Ike la agredió sexualmente en una habitación de hotel durante aquella época, aunque ella nunca le confesó a nadie lo que había ocurrido por miedo a lo que pudiera suceder.
"¿Qué puedo decir? Fue horrible. Despreciaba a Ike, pero no sabía cómo expresarme. Me dijeron que Tina quería deshacerse de mí porque Ike me perseguía. Si hubiera corrido a contárselo a Tina, o si hubiera llamado a mis padres, habría tenido que volver a casa", ha confesado en una entrevista al periódico The Telegraph.
La cantante era reacia a dejar la banda porque estaba atrapada en un matrimonio turbulento, pero finalmente se atrevió a dar ese paso animada por la estrella de los Rolling Stones, Sir Mick Jagger. Eso último no era precisamente un secreto, pero lo que casi nadie sabía era que Patricia mantenía por aquel entonces una relación sentimental tanto con el roquero como con su entonces pareja Marianne Faithfull, que sentía una predilección especial por ella.
En su libro asegura que Mick estaba "en las nubes" con su situación a tres bandas, pero Marianne había dejado claro que estaba más interesada en Patricia que en su famoso novio. Desgraciadamente, el sentimiento no era mutuo. "Yo intenté dejarme llevar, pero también me sentía incómoda... en el fondo estaba encaprichada con Mick, no con ella", ha reconocido Patricia.
Hasta ahora Patricia nunca había hablado sobre su romance porque se considera una persona muy privada, aunque sabe que circulaban rumores al respecto, y espera que Mick no se ofenda ni le guarde rencor por haber desenterrado el pasado.
Por su parte, Ike Turner estuvo casado con Tina Turner de 1962 a 1978 y el suyo fue un matrimonio muy turbulento, marcado por la violencia doméstica. En el momento de su muerte llevaba tres décadas sin hablar con su antigua esposa, que le perdonó públicamente por los abusos que sufrió a manos suyas, pero nunca quiso volver a verle tras poner punto final a su matrimonio.